Uno de los argumentos católicos utilizados desde hace muchos años para desviar las pruebas que señalan que el sistema papal tiene el numero de la bestia es decir que Ellen White, la profetiza del Señor tiene el 666 al sumar las letras de su nombre.

Desde hace muchos años se ha sabido que la suma de algunos títulos del papa como VICARIVS FILII DEI da como resultado el 666 y que el sistema católico cumple con las características descritas en la biblia que la señalan como la bestia. Pero el sistema papal ante las evidencias incriminatorias ha eliminado de las tiaras dicha inscripción y la ha suprimido por vicarius christi.

V=5 I=1 C=100 A=0 R=0 I=1 U=5 s=0 = 112
F=0 I=1 L=50 I=1 I=1 = 53
D=500 E=0 I=1 501
666
Estas evidencias irrefutables fueron suprimidas de la tiara papal con el objetivo de ocultar su verdadera identidad descrita por las Santas Escrituras.


Ante estas contundentes evidencias el apologista católico romano Patrick Madrid (y otros antes que él) han buscado otros argumentos interpretativos para el 666 y es en ese afán que hasta a Nerón han acusado, pero solo son falacias sin argumentos porque nerón no cumpliría con las características descritas en la biblia ya que falleció hace muchos siglos y la bestia descrita en apocalipsis 13 tiene poder hasta el último tiempo previo a la segunda venida de Jesús.

El catolicismo engañado por algunos líderes cree que Ellen White y los adventistas fueron los gestores de señalar el 666 en la tiara del papado pero El principal expositor de esta interpretación fue Andreas Helwig (c. 1572-1643); ver L. E. Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2, pp. 605-608). Desde los días de Helwig muchos han adoptado esta interpretación.

El apologista Patrick Madrid y otros engañados buscando una retaliación contra el adventismo inventaron que el nombre Ellen Gould White suma también 666 ). Mirándolo superficialmente esto parece ser cierto, sin embargo, hay varios problemas insuperables con esta interpretación.

E=0 L=50 L=50 E=0 N=0 = 100
G=0 O=0 u=5 L=50 D=500 = 555
V=5 V=5 H=0 I=1 I=1 T=0 E=0 = 11
666

Los errores en la aplicación a Ellen White

La trampa para que esta identificación sea llevada a cabo podemos detectarla por:

a)La W en la palabra White tiene que ser convertida en 2 V. No es necesario decir que esto nunca se hizo en la forma latina de contar los números romanos. De hecho, la W nunca existió en el idioma latín.

b)el nombre Ellen Gould White no es un nombre blasfemo. Ya que blasfemia es tomar es irrespetar el nombre de Dios, pero también es tomar el nombre o un titulo divino para si y el nombre Ellen White no dice ninguna blasfemia ni es una prerrogativa divina .

c)no se justifica que se use el latín en computar a un nombre que está escrito en inglés. Si el nombre de Elena White estuviera en latín, entonces se justificaría usar el sistema de computarlo en números romanos o latín.

d) Elena G. d White surgió en los Estados Unidos, no en Roma como señala la profecía que surgiria

e)tampoco arrancó 3 reinos, ni pensó en cambiar los tiempos y la ley, no persiguió a los santos;, no hablaba blasfemias contra Dios, ni gobernó por 1260 años (ya que ella solamente vivió 87 años); (Daniel 7:25) eso si lo intento el sistema papal

f) no ejerció dominio sobre toda nación, tribu, lengua y pueblo.(apoc 13:7)

g)si ya ella está muerta como hará para hacer que le adoren los moradores de la tierra? Es absurdo pensar que pueda hacerlo si falleció hace casi 100 años

h) Aun fuera el caso de que el nombre Ellen Gould White sumara 666, lo cual no lo es, el número es sólo una de las especificaciones de la bestia y ninguna de las demás características de la bestia se cumple en Elena White.


Conclusión
Al estudiar apocalipsis 13 que hablan de la bestia y su número podemos darnos cuenta que el nombre Ellen White no suma el 666 y que tampoco cumple con las características descritas en la biblia. Los inventores de esta mentira fueron algunos líderes católicos en busca de desviar la atención de las personas hacia el sistema papal el cual cumple con todas las características descritas en las profecías bíblicas