verdades eternas

cual es la hora de irse al campo?

Muchos grupos reformistas van a los hermanos adventistas  sembrando su cizaña;  enseñando  que  debemos  salir de  las  ciudades  o pueblos  para irnos  a vivir al  campo,  y no  hay  nada  tan hermoso  como  un amanecer  o un atardecer  en el  campo  o mirar  las  estrellas  del cielo  y mirar su  hermoso  esplendor  y  despertar  con el  dulce  cantar  de  las  aves,  nada  tan hermoso  como  salir  al  campo  y  extraer de la  misma  tierra  o  de las  ramas  de los  árboles  los frutos  y  llevarlos  a  la  mesa   y de  ellos comer. Pero  debemos  preguntarnos 
¿Cuál  es la hora  de  salir? 
si  todos nos  vamos  al  campo ¿Quién evangelizará  las  ciudades?
 ¿Irnos  al  campo  antes  de la  hora  indicada  es  formar un tiempo  de  persecución  sin aún haberlo?  ¿Qué  consejos hay de  los testimonios  inspirados indicados  para  esta decisión?

Los  escritos inspirados invitan a salir al  campo  porque  pronto  vendrán  los  castigos, pero  no debemos  hacer  salidas apresuradas y  mas  bien  crear puestos   organizados  de  avanzada fuera  de las  ciudades, pero  lamentablemente  los  grupos  reformistas  que  invitan  a  salir  al  campo  no  crean  grupos de  avanzada   para  evangelizar  las  ciudades  sino  para  perseguir  a los adventistas  y para  vivir  para  si  están  muy lejos  de los  verdaderos  propósitos  por  los  que  se  debe  salir  de las  ciudades

1.El  peligro de  las  ciudades

Las ciudades son semilleros de vicio
La persecución de los placeres y las diversiones se centraliza en las ciudades. Muchos padres que se establecen en la ciudad con sus hijos, pensando darles mayores ventajas, se desilusionan, y demasiado tarde se arrepienten de su terrible error. Las ciudades de nuestros días se están volviendo rápidamente como Sodoma y Gomorra. Los muchos días feriados estimulan la holgazanería. Los deportes excitantes -el asistir a los teatros,* las carreras de caballos, los juegos de azar, el beber licores y las jaranas- estimulan todas las pasiones a una actividad intensa. La juventud es arrastrada por la corriente popular.-PVGM 35 (1900).
Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el fin de la historia del mundo.-3JT 115 (1902).
En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación.-MC 281 (1905).
Se me pide que declare el mensaje de que las ciudades llenas de transgresión y pecaminosas en extremo, serán destruidas por terremotos, incendios e inundaciones .-Ev 24 (Abril 27, 1906).
Todas las advertencias de Cristo respecto a los eventos que ocurrirán cerca del fin de la historia de esta tierra, se están cumpliendo ahora en nuestras grandes ciudades. Dios está permitiendo que estas cosas sean manifiestas para que el que corra pueda leer. La ciudad de 119 San Francisco es una muestra de lo que todo el está llegando a ser. El soborno perverso, la malversación de fondos, las transacciones fraudulentas entre hombres que tienen autoridad para liberar a los culpables y condenar a los inocentes: toda esta iniquidad está llenando otras grandes ciudades de la tierra y haciendo que el mundo sea como fue en los días anteriores al Diluvio.- Carta 230, 1907
 


2. Invitacion  a  salir  al campo  
Mi mensaje en este tiempo es: Salid de las ciudades. Tened la seguridad de que la instrucción para nuestro pueblo es de radicarse a kilómetros de distancia de las grandes ciudades. Una mirada al San Francisco de hoy hablaría a vuestras mentes inteligentes, mostrándoos la necesidad de salir de las ciudades...
El Señor llama a su pueblo a establecerse lejos de las ciudades, porque en una hora como la que no pensamos, lloverán del cielo fuego y azufre sobre ellas. Su castigo será proporcional a sus pecados. Cuando una ciudad es destruida, que nuestro pueblo no considere este asunto como algo sin importancia, ni piense que pueden edificarse casas en esa misma ciudad, si se les ofrece una oportunidad favorable...
MR 1518 (Mayo 10, 1906).eventos  de los  últimos días  98
 
El ambiente físico de las ciudades es muchas veces un peligro para la salud . La exposición constante al contagio, el aire viciado, el agua impura, el alimento adulterado, las viviendas oscuras, malsanas, y atestadas de seres humanos, son algunos de los muchos males con que se tropieza. No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, amontonados en terrazas y viviendas.-MC 282 (1905).
 
Desígnense hombres juiciosos que no divulguen sus intenciones, sino que busquen tales propiedades en las zonas rurales, con fácil acceso a las ciudades, apropiadas para establecer pequeñas escuelas de preparación para los obreros, y donde también puedan proporcionarse facilidades para tratar a las personas enfermas y fatigadas que no conocen la verdad. Buscad esos lugares cerca de las ciudades, donde puedan conseguirse edificios apropiados ya sea como obsequio de sus dueños, o comprados a un precio razonable con fondos donados por nuestro pueblo. No construyáis edificios en las ruidosas ciudades .-Ev 61 (1909). 103
Cooranbong, Nueva Gales del Sur
 
Hay que trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada
 
Como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo Enoc, debemos trabajar en las ciudades pero no vivir en ellas. -Ev 61 (1899).
Hay que trabajar en favor de las ciudades desde puestos de avanzada. El mensajero de Dios dijo: "¿No serán amonestadas las ciudades? Sí; pero no por el pueblo de Dios que viva en ellas, sino mediante sus visitas realizadas para advertirlas de lo que acontecerá sobre la tierra".-2MS 410- 411 (1902).

 No hay  dudas debemos  crear puestos   organizados  de  avanzada fuera  de las  ciudades, pero  lamentablemente  los  grupos  reformistas  que  invitan  a  salir  al  campo  no  crean  grupos de  avanzada   para  evangelizar  las  ciudades  sino  para  perseguir  a los adventistas  y para  vivir  para  si.  No tienen  sanatorios,  escuelas,  universidades,  ni  crean  brigadas  de  avanzada  evangelistica y solo  se preocupan  en  cultivar  para  comer  y  para darle  la platica  a los  dirigentes   de la  reforma  y  para  perseguir  a los  adventistas.  ¡Cuán  lejos  están los  reformistas  del  verdadero  llamado  a salir  de  las ciudades  al  campo!

3. ¿Todos  debemos  salir  de las  ciudades  o solo  algunos?
No todos pueden abandonar las ciudades todavía
Siempre que se pueda, es deber de los padres establecer un hogar en el campo para beneficiar a sus hijos. -HAd 125 (1906).
A medida que transcurra el tiempo, cada vez será más necesario que nuestro pueblo salga de las ciudades. Durante años hemos recibido la instrucción de que nuestros hermanos y hermanas, y especialmente las familias con hijos, deberán planear salir de las ciudades a medida que puedan hacerlo. Muchos tendrán que trabajar laboriosamente para ayudar a abrir el camino. Pero hasta que sea posible salir, durante todo el tiempo que permanezcan en ellas, deberían ocuparse activamente en el trabajo misionero, por muy limitada que sea su esfera de influencia.-2MS 413 (1906).
Está aumentando la maldad en nuestras ciudades y cada vez resulta más evidente que aquellos que permanecen en ellas innecesariamente, arriesgan la salvación de su alma.-CL 9 (1907).
Ciudades y pueblos están sumidos en el pecado y la corrupción moral, aunque hay hombres como Lot en cada Sodoma.-2JT 417 (1900). 123
En las ciudades se necesitan escuelas, iglesias y restaurantes
Mucho más se puede hacer para salvar y educar a los niños de los que en la actualidad no pueden salir de las ciudades. Este es un asunto digno de nuestros mejores esfuerzos. En las ciudades han de establecerse escuelas de iglesia, y en relación con esas escuelas de trazarse planes para la enseñanza de estudios más avanzados cuando haya demanda de ellos.-CN 286-287 (1903).
Nuestros restaurantes deben estar en las ciudades, porque de otro modo los obreros que trabajan en ellos no podrían alcanzar a la gente y enseñarles los principios que rigen la vida sana.-2MS 162 (1903).
El Señor nos ha indicado repetidamente que debemos trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada ubicados fuera de ellas. En esas ciudades debemos tener casas de culto, como monumentos de Dios, pero las instituciones destinadas a la publicación de la verdad, a la curación de los enfermos y a la preparación de los obreros deben establecerse fuera de las ciudades. Es especialmente importante que nuestra juventud sea protegida de las tentaciones de la vida en la ciudad.-2MS 411 (1907).
 
4. ¿Cuál es la  hora  para  salir  de  las  ciudades?
No se recomiendan traslados apresurados al campo
Que todos tomen el tiempo necesario para realizar cuidadosas consideraciones para que no sean como el hombre de la parábola que comenzó a edificar y luego fue 124 incapaz de terminar. No debe realizarse ningún movimiento sin considerar cuidadosamente ese movimiento y sus resultados; todo debe ser tenido en cuenta...
Puede haber personas que se apresuran a hacer una cosa, y que se comprometen en negocios acerca de los cuales no saben nada. Dios no requiere que se haga esto...
No se haga nada en forma desordenada para que no se produzcan grandes pérdidas ni se sacrifiquen las propiedades a causa de discursos ardientes e repulsivos que despiertan un entusiasmo que no está de acuerdo con la voluntad de Dios; para que una victoria que es esencial que se obtenga no se convierta en derrota por falta de una moderación sensata, de proyectos adecuados, de principios sólidos y de propósitos definidos.*-2MS 415-416 (1893).

4.1  La  señal  de  salida  de las  ciudades
La señal para huir de las ciudades
No está lejano el tiempo en que, como los primeros discípulos, seremos obligados a buscar refugio en lugares desolados y solitarios. Así como el sitio de Jerusalén por los ejércitos romanos fue la señal para que huyesen los cristianos de Judea, así la asunción de poder por parte de nuestra nación [los Estados Unidos], con el decreto que imponga el día de descanso papel, será para nosotros una amonestación. Entonces será tiempo de abandonar las grandes ciudades, y prepararnos para abandonar las 125 menores en busca de hogares retraídos en lugares apartados entre las montañas.-2JT 165-166 (1885).
Aún habrá algunos justos en las ciudades después que se haya promulgado el decreto de muerte
En el tiempo de angustia, huimos de todas las ciudades y pueblos, pero los malvados nos perseguían y entraban a cuchillo en las casas de los santos.-PE 34 (1851).
Cuando los santos salieron de las villas y ciudades, los persiguieron los malvados con intento de atarlos. Pero las espadas levantadas contra el pueblo de Dios se quebraron y cayeron tan inofensivas como briznas de paja. Los ángeles de Dios escudaron a los santos.-PE 284 (1858).



Conclusión:

No  hay dudas  que  las  ciudades encierran muchos  peligros y que  pronto  recibirán  el  castigo divino  por  sus pecados, pero  debemos  tener  en cuenta  que  no  son  recomendables  las salidas  apresuradas y que tampoco  debemos  crear  un tiempo  de  angustia sin todavía éste estar  presentándose, se  debe  salir  de las  ciudades  y  crear  puestos  de avanzada organizados   para  evangelizar  las  ciudades,  pero aquellos  que  no  tienen  como ni  con que  salir  de las  ciudades lo mejor  es no  hacerlo y  esperar  que  llegue  el momento  indicado  por  la  profecía.




 
Se me ha instruido que diga a los adventistas de todo el mundo que Dios nos ha llamado como un pueblo que ha de constituir un tesoro especial para él. El ha dispuesto que su iglesia en la tierra permanezca perfectamente unida en el Espíritu y el consejo del Señor de los ejércitos hasta el fin del tiempo.-2MS 458 (1908).
 
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