Creados a su semejanza
Creados a su semejanza
Gen 1:26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”
Fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios. Esta imagen puede comprender aspectos como físico, social, racional y espiritual.
Las Escrituras hablan de Dios en términos humanos diciendo que tiene forma:
Pies (Ex 24:10; Gen 3:8)
Rostro (Num 12:8)
Mano (Ex 24:11)
Boca (Num 12:8; Jer 7:13)
Corazón (Oseas 11:8)
Oídos (2 Sam 22:7 1 Cron 22:8)
Olfato (Gen 8:21; Ex 29:25)
Ojo (Salm 33:8; 94:9)
A esto se le llama antropomorfismo, pero debemos ser cuidadosos para no atribuir a Dios las limitaciones de nuestra naturaleza física.
Decir que Dios es completamente diferente a nosotros es tan equivocado como decir que es totalmente igual a nosotros. Jesús dijo: “Dios es espíritu y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que le adoren” (Jn 4:24)
Jesús dijo: Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? (Juan 14:9). Aunque el texto se refiere al carácter del Padre.
Recordemos que Moisés le pidió a Dios dejarle ver su rostro, aunque le Biblia dice que solo pudo ver sus espaldas porque la mano de Dios le cubrió (Éxodo 33:17-22)
“Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre.
El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.
Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.
Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;
Y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.”
Estando en visión, la profeta Elena de White vio:
“Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo. Me fijé en el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre, pues le cubría una nube de gloriosa luz. Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía, pero que yo no podría contemplarla, porque, dijo: "Si llegases a contemplar la gloria de su persona, dejarías de existir” Primeros Escritos, pag 54
Las pruebas indican que Dios tiene forma. Decir que tiene la misma forma de los seres humanos es entrar en el campo de la especulación. Pero si hay algunos aspectos físicos que las Escrituras que Dios posee y que nos dio.
Lecciones para escuela sabática, segundo trimestre 1999, pag 6
Biblia Reina Valera 1960